Cuando nos encargaron este proyecto de interiorismo comercial para una cadena de bisuterías, las premisas principales fueron: funcionalidad en la exposición, aprovechamiento de los espacios y un diseño original y novedoso, enfocado a un público eminentemente femenino.
Nosotros buscamos además, la máxima eficiencia en la iluminación de las vitrinas, que pretendíamos que fuese prácticamente la única fuente de luz del local, aparte de algunos apliques decorativos y tres lámparas colgantes.
Este objetivo se consigue, combinando la utilización de luminarias con perfiles de LEDs con altas prestaciones, con tapizados en colores claros, que si bien, aparentemente, no harían destacar la plata y el oro, permitían absorber una mayor cantidad de luz que los colores oscuros que habitualmente utilizaba la firma y por lo tanto, el producto destacaba de forma muy eficaz.
Con todo este briefing, surgió el flechazo y visualizamos este proyecto, en donde el color rosa iba a ser el actor protagonista.
Con un diseño sencillo en todos sus elementos, el mobiliario para la exposición, lo imaginamos en madera de roble natural, que abrazaba las dos paredes del local y con dos tipos de vitrinas, similares en su capacidad, que se integran en las lamas de roble en un lado y se disponen en cubos de madera lacada en blanco, que emergen de una pared de espejos, en el otro. Ambas vitrinas tapizadas en un tejido técnico de terciopelo rosa.
Al fondo un discreto mostrador, un pequeño expositor en el centro del local y flanqueando la entrada, dos escaparates, rematan la configuración del comercio.
El pavimento hidráulico en color rosa con dibujo en blanco, evoca el diseño de la baldosa de la ciudad en la que se ubica esta singular Bisutería, Bilbao.
Aprovechamos esta inspiración para diseñar unas aplicaciones en madera decorativas en la pared del fondo del local, que continúa por el techo repitiendo en el mismo a gran escala, ese dibujo tan bilbaíno.
Sin embargo, el protagonista absoluto de este diseño es el color, el rosa.
El actor secundario, que marca la diferencia y lo aleja de una apariencia infantil, es el latón dorado brillante.
Ese rosa cálido, que junto con una elegante combinación con el latón de los embellecedores de las vitrinas, tiradores de cajones y luminarias decorativas, el toque blanco de alguna pared y de los techos, conforman una instalación llena de luz y frescura.
Fotografía Erlantz Biderbost
Cilveti
