Decoración restaurante y cafetería en Erandio (Horeco)
Artículo sobre el restaurante La Roca del Fraile en el Polígono Industrial Axpe en Astrabudua – Erandio, Bizkaia, realizado por Sube.
«El restaurante La Roca del Fraile, en Erandio (Vizcaya). GASTRONOMIA EN EL POLIGONO. Resulta difícil encontrar un restaurante que ofrezca las tres B: bueno, bonito y barato. La Roca del Fraile, sin embargo, es un magnífico ejemplo de ello: buenos menús del día a precios módicos en un local moderno, agradable y acogedor, con un cuidado interiorismo.
La ría de Bilbao, y más concretamente su rica tradición naval han dado nombre e inspiración a este nuevo restaurante situado en un pabellón del polígono industrial Ribera de Axpe, en Erandio, muy próximo a Bilbao. «La roca del fraile» era el nombre de un bajío (o zona de escasa profundidad de la ría) que formaba parte de la llamada Peña del Fraile, donde hoy se sitúa la localidad de Astrabudua. En 1630 se balizó para evitar los numerosos encallamientos de buques, y en 1882 pasó a formar parte de un dique de encauzamiento.
El destino ha querido que donde antes se varaban los barcos pare hoy la gente a comer. La ría sigue viva y en continua transformación, y en sus riberas se sitúan nuevas empresas y servicios. Así lo vieron Jose Mari Aguirre y Luis Angel Larrondo, jefe de sala y chef, respectivamente, dos profesionales con amplia experiencia hostelera que no dudaron en apostar por un nuevo polígono industrial en construcción para instalar en uno de sus pabellones un restaurante – cafetería con una filosofía muy bien definida: dar menús del día creativos, de alta calidad, a un precio asequible. Un concepto de negocio muy actual, alejado de la hostelería tradicional, que requería unas instalaciones funcionales, agradables y que facilitaran el trabajo.
La esencia de la ría. El restaurante La Roca del Fraile se abría en mayo de 2004 en uno de los pabellones del polígono, un espacioso local de dos plantas. El proyecto de arquitectura es de Carlos Lázaro, del estudio LG&A, mientras que la decoración es obra de Raquel Lázaro, de la firma Sube Interiorismo.
El resultado es un local muy pensado, bien distribuido, moderno, y con un interior que resulta sorprendentemente cálido pese a la altura de los techos, rompiendo con la imagen desangelada de un pabellón. En la planta baja se hallan la cafetería, aseos, la cocina y el comedor principal (…)
Paredes revestidas, gres en el suelo. Una solución especialmente interesante es la adoptada en las paredes, que en vez de pintarse se han vestido con revestimientos vinílicos de la firma Vescom. (…) Al tratarse de una zona industrial no era obligatorio insonorizar el local, pero pese a todo se han empleado techos acusticos Herakustic, que absorben el sonido y las vibraciones. Incluso las luminarias se eligieron pensando en el confort acústico, ya que contribuyen a recoger el sonido, al igual que el empanelado en DM, que muestra guías horizontales que hacen que rebote el sonido.
El resultado es un local muy pensado, moderno, y con un interior que resulta sorprendentemente cálido pese a la altura de los techos.
Para el suelo se ha optado por un práctico y super-resistente gres porcelánico en gris que ofrece la apariencia de pizarra o incluso cemento pulido. Llama la atención el tamaño de cada pieza (60×60), algo muy nuevo porque en gres normalmente se realizan despieces pequeños, y que le da untoque de modernidad al local.
Mesas extensibles. El mobiliario ha sido adquirido en su mayoría en Muebles Larena, de Basauri (Vizcaya). En el comedor principal las sillas no de la firma Bontempi, y resultan cómodas, extraordinariamente ligeras, resistentes y fáciles de limpiar. Las mesas se han hecho a medida, especialmente para este local. (…) Las luminarias son todas adquiridas en Susaeta Iluminacion, y lucen especialmente dada la gran altura del local. (…) Un comedor más íntimo. El recoleto comedor de arriba, cerrado con una enorme cristalera que se asoma al comedor principal (…)»
Horeco. Hoteles – Restaurantes – Cafeterías – Colectividades. N219. Reed Business Information 2005. pp 62-66